“No necesito un traductor, yo estudié en el extranjero y manejo perfectamente el idioma”.
Una traducción tiene validez oficial cuando lleva firma, sello y la declaración del perito traductor que certifica que se realizó la traducción fiel y exacta del documento original. El traductor podrá expedir traducciones certificadas después de haber cumplido con una serie de requisitos ante la autoridad judicial o de impartición de justicia que le otorga el nombramiento como traductor certificado.
La firma y sello del perito estarán registrados en los archivos de la autoridad competente. El sello incluye datos de identificación tales como el nombre del traductor, los idiomas en los que este está facultado para certificar las traducciones, el nombre del órgano u autoridad que expide el nombramiento, su periodo de vigencia y el número de folio asignado al traductor.
Tanto la firma como el sello estarán plasmados en cada una de las páginas que se utilicen, cancelando la una al otro, es decir, sobrepuestos, así como al reverso de la última página en donde también se agregará la declaración o certificación del traductor. Esta señala el nombre completo del traductor, número de folio, fecha de la traducción, número y fecha de expedición del boletín en el que se publicó la lista de traductores autorizados y el número de páginas totales que se utilizaron para la traducción.
La declaración del traductor da fe de que se trata de una traducción fiel y exacta del documento original y estará redactada en el idioma de la traducción. No sigas buscando y enfócate en otros aspectos menos tediosos de tu viaje. Ten la seguridad de que tu traducción será válida en cualquier parte del mundo.
Contáctame y deja de preocuparte por este requisito.
